El destino de las relaciones entre ambos países estará supeditado a la capacidad del gobierno hondureño para enfrentar con destreza los desafíos diplomáticos y consolidar los vínculos comerciales y políticos
Por: Fredy Amador
Bueno, la política nacional y las relaciones exteriores en general son estándar. El Secretario de Estado nombra a muchos embajadores, a veces políticos, a veces arribistas, muchos de ellos tienen la filosofía de derecha del Partido Republicano. Deberíamos ver cómo se relacionan con el autoproclamado gobierno socialista democrático de Xiomara Castro. Deberíamos ver esta revisión y, lo más importante, que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras reconsidere su relación con Estados Unidos.
La preocupación es que Trump anunció durante la campaña que retiraría la ayuda financiera a Guatemala, El Salvador y Honduras. La retórica de campaña es una cosa y aferrarse al poder es otra. Esto podría afectar a muchos hondureños y al desarrollo y crecimiento del país. Así que el gobierno hondureño necesitará mucha astucia, de la que carecen esta administración y la próxima, para lograrlo.
Relaciones bilaterales en perspectiva
Estados Unidos es un país democrático y espera fortalecer las relaciones con países que tienen procedimientos democráticos, transparentes, competitivos y de otro tipo. Por lo tanto, se confía que se logrará que el proceso electoral comience en 2025, que las elecciones internas y generales serán justas y transparentes.
Ya sea directamente en las instituciones u organismos internacionales en los que participan, las elecciones realmente se respete el voto hondureño y proporcione igualdad de condiciones. En este momento, Estados Unidos está muy dispuesto a construir relaciones con países que participan en procesos democráticos transparentes en igualdad de condiciones.
Y así mismo la política exterior hondureña debe cambiarse. Se podría decir que fue demasiado agresiva, demasiado cuestionable, nada diplomática en muchos casos, ya fuera en el nivel más alto, el presidente, el viceministro o algunos de los ministros no eran lo suficientemente diplomáticos y trataron a la embajadora de Honduras (Laura Dogo) mal. Varios funcionarios del gobierno, senadores y congresistas expresaron sus opiniones atacando de injerencia una forma u otra intervención.
En pocas palabras, el tema que no debe considerarse una intervención son los ciudadanos norteamericanos que tienen una relación con Honduras, que quieren mejorar esa relación y están involucrados en temas con los que no están de acuerdo, y este modelo debería ayudar a obtener los mejores aportes. clima, condiciones políticas y vida empresarial. Por lo tanto a partir del 20 de enero, se examinaria la política exterior y cómo han cambiado el Departamento de Estado y el presidente de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos tiene programas de apoyo económico y social que permiten a los hondureños encontrar condiciones para no inmigrar al país, lo cual creo que debe fortalecerse, pero también creo en el respeto a los principios de los derechos humanos de los inmigrantes son un factor fundamental y pertenecen a los principios de cada ser humano.
En estos momentos es de estar altamente a la espectativas y pendientes de las nuevas decisiones que se fueran a tomar a cabo con el nuevo gobierno de Estados Unidos y los tratados con Honduras.