POR: GUIDO MASS
Médicos residentes y especialistas denuncian meses de salarios adeudados, lo que pone en jaque el sistema de salud hondureño y deja a miles de pacientes en incertidumbre.
La situación de los médicos residentes y especialistas en Honduras ha alcanzado un punto crítico. Desde hace meses, estos profesionales, fundamentales para la atención en hospitales públicos, no han recibido sus salarios.
Las consecuencias no solo afectan a los galenos, sino que repercuten en la calidad de atención que reciben los pacientes, agudizando la ya frágil crisis del sistema de salud.
El gremio médico ha denunciado que los atrasos salariales se han vuelto una práctica recurrente, con períodos que en algunos casos superan los cuatro meses.
Esta situación obliga a muchos a recurrir a préstamos o abandonar sus prácticas por falta de recursos para subsistir. Los hospitales, en tanto, operan con recursos humanos agotados y con una notable disminución en la calidad de los servicios.
Durante las últimas semanas, las protestas han tomado fuerza. En Tegucigalpa y otras ciudades, médicos residentes han realizado plantones, exigiendo a la Secretaría de Salud una pronta solución. “No somos héroes, somos trabajadores que también tenemos necesidades”, declaró un médico residente durante una manifestación en el Hospital Escuela.
Por su parte, la Secretaría de Salud ha argumentado problemas administrativos y retrasos en la asignación de fondos como causas de los incumplimientos. Sin embargo, los gremios médicos cuestionan la falta de planificación y priorización del gobierno, calificándola como una muestra de indiferencia hacia la salud pública.
La situación ha escalado a tal punto que algunos especialistas han amenazado con renuncias masivas si no se resuelve el problema. De cumplirse, el impacto podría ser devastador, considerando que los médicos residentes son responsables de gran parte de la atención directa en los hospitales públicos.
Además, la crisis evidencia un problema más profundo: la precarización laboral del personal de salud. A pesar de su rol crucial, los médicos residentes trabajan largas jornadas con remuneraciones limitadas, lo que contrasta con la creciente demanda en los hospitales públicos.
Mientras tanto, miles de pacientes permanecen en incertidumbre. La falta de especialistas disponibles ha generado atrasos en cirugías, tratamientos y consultas, dejando en evidencia que la deuda no es solo económica, sino también ética y humanitaria.
La situación demanda una solución urgente, no solo para resolver los pagos adeudados, sino también para establecer un sistema más justo y eficiente que garantice el respeto y dignidad de quienes sostienen la salud pública en Honduras.