La presidenta Xiomara Castro reafirma su política exterior basada en la soberanía y el respeto mutuo, mientras analistas plantean retos en la relación con Estados Unidos
Honduras. El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos plantea un nuevo escenario para las relaciones bilaterales con Honduras. La administración de Xiomara Castro reiteró su compromiso con una política exterior fundamentada en la defensa de la soberanía y el respeto al derecho internacional, pero enfrenta crecientes presiones para definir su enfoque.
Uno de los puntos más controversiales en la relación es la reciente eliminación del Tratado de Extradición, una medida adoptada por el gobierno hondureño tras acusaciones de injerencia de la embajada estadounidense en asuntos internos. Aunque el gobierno justificó la decisión como una acción en defensa de la soberanía, sectores sociales y analistas advirtieron riesgos para la cooperación bilateral en temas como el narcotráfico.
Migración y seguridad: desafíos para Honduras
El tema migratorio continúa siendo una prioridad en la agenda, Honduras espera que la administración Trump aborde la temática con un enfoque más amplio y solidario, pero el gobierno hondureño está preparado para adaptarse a posibles endurecimientos en las políticas migratorias. El canciller Eduardo Enrique Reina destacó que la política de Honduras seguirá orientada a proteger la dignidad y los derechos humanos de los migrantes hondureños.
Asimismo, expertos advierten que la cancelación del tratado de extradición podría beneficiar a redes criminales al dificultar la colaboración legal con Estados Unidos. Esto genera preocupación entre los sectores que ven en el combate al narcotráfico una de las claves para mejorar la seguridad regional.
El economista Julio Raudales subrayó la importancia de adoptar un enfoque pragmático en las relaciones con Estados Unidos, recordando que Honduras depende en gran medida de esta nación en términos económicos y sociales. Raudales destacó que las remesas, aunque importantes, no deben ser la única fuente de estabilidad económica del país.
“Es crucial que Honduras busque ser más competitivo y productivo. Debemos generar oportunidades internas que reduzcan nuestra dependencia de los recursos que envían nuestros migrantes”, afirmó Raudales.
En este sentido, la administración de Castro enfrenta cuestionamientos sobre si reconsiderará decisiones recientes, como la eliminación del tratado de extradición, para mejorar las relaciones con el gobierno de Trump. Esta posible rectificación podría representar un paso importante en el fortalecimiento de los lazos bilaterales.
El futuro de las relaciones entre Honduras y Estados Unidos dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para encontrar un equilibrio entre el respeto mutuo y la cooperación en áreas estratégicas como migración, seguridad y desarrollo económico. La próxima etapa de este vínculo estará marcada por decisiones clave que influirán no solo en la política exterior hondureña, sino también en su estabilidad interna.
Carlos Moncada
Estudiante – Licenciatura en Periodismo