El regreso de Donald Trump plantea desafíos para la política exterior de Honduras, en especial tras la suspensión del Tratado de Extradición con Estados Unidos, clave en la lucha contra el narcotráfico.
La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos abre un escenario complejo para Honduras, particularmente en lo relacionado con la continuidad del Tratado de Extradición. Este acuerdo, fundamental en la lucha contra el narcotráfico, está a 111 días de expirar tras su denuncia por parte del gobierno de Xiomara Castro.
El fin del tratado generó controversia en Honduras, especialmente tras la publicación de un video que vinculó al cuñado de la presidenta Castro con el narcotráfico. Esta decisión ha despertado inquietudes sobre el debilitamiento de la cooperación con Estados Unidos, un socio estratégico en temas de seguridad y combate a las redes criminales transnacionales.
Postura oficial: defensa de la soberanía y el diálogo internacional
El canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, aseguró que la política exterior de la presidenta Castro no cambiará, reafirmando su compromiso con la defensa de la soberanía y el respeto al derecho internacional. Reina subrayó que Honduras está abierta al diálogo con cualquier gobierno, incluida la nueva administración de Trump, sobre la base de intereses comunes.
Sin embargo, analistas como Julio Raudales advierten que un enfoque pragmático es crucial para mantener buenas relaciones con Estados Unidos. Según el economista, revertir la decisión sobre el Tratado de Extradición sería un paso positivo para garantizar el bienestar de la población hondureña y fortalecer la lucha contra el crimen organizado.
El papel de las remesas, que representan un pilar de la economía hondureña, también resalta la importancia de preservar la relación con Estados Unidos. Raudales instó al gobierno a trabajar por una economía más competitiva y menos dependiente de los envíos de dinero desde el extranjero.
Sectores de la oposición, como la diputada Fátima Mena, señalan que reactivar el tratado depende exclusivamente de Honduras. Mena destacó que, aunque Trump podría ejercer presión, la decisión recae en el gobierno de Castro, quien denunció el acuerdo originalmente.
Por su parte, Juan Diego Zelaya, precandidato a la alcaldía del Distrito Central, sostuvo que Trump podría adoptar una postura más enérgica sobre el tema. Según Zelaya, el gobierno hondureño
Kimberly Garcia.