Entre controversia y la tensión política, el gobierno nicaraguense ha logrado aprobar reformas que consolidan el poder en manos de la presidencia.
Por: Elisa Berrios
Tegucigalpa, Honduras – La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó una serie de reformas constitucionales que impactan en temas temas sociopolíticos del país. Estas determinaciones buscan de forma inicial el fortalecimiento en su marco legal; sin embargo, ya han generado controversias por parte de la sociedad civil y los diferentes sectores opositores.
El manejo sobre las fuerzas de seguridad es una de las determinaciones que más ha generado gran cantidad de controvercia. Mientras se conoce al presidente como el principal Jefe Supremo del Ejército y la política, las reformas optan por el Ministerio Interior bajo la «Jefatura Suprema» de la presidencia, según lo indica el artículo 132.
Otro de los cambios drásticos es la eliminación de Vicepresidente y la introducción de Co-Presidentes. Esta modificación se basa en el artículo 133, donde limita todas las posibilidades de sucesión del poder presidencial como tal.
En relación con este tema y según lo que describe el artículo 136, sobre el aumento de la duración del mandato presidencial de 5 a 6 años, fortaleciendo de cierta manera la continuidad del poder presidencial.
La eliminación del veto parcial del artículo 152, representa un considerable retroceso entre el Ejecutivo y el Legislativo, tomando en cuenta que la Presidencia se coloca en la postura de aceptar o rechazar un proyecto completo ley, pero limitando la modificación por parte de la Asamblea Nacional y aumentando el control de la presidencia sobre la legislación.